Alquilar es una constante: conocé la geografía inquilina de Rosario

Alquilar es una constante: conocé la geografía inquilina de Rosario


Rosario se convirtió en una ciudad inquilina, donde cada vez más habitantes tienen que alquilar una vivienda para poder vivir. Más de 120 mil hogares viven bajo este régimen y conforman un mapa diverso que se expande del centro hacia los barrios intermedios y la periferia. Con perfiles que van desde jóvenes solos en el área central hasta familias y adultos mayores en los bordes urbanos, el alquiler redefine las trayectorias vitales, las posibilidades de arraigo y el pulso cotidiano de una ciudad cada vez más vertical, móvil y desigual.

“Rosario es una ciudad donde alquilar se volvió parte del modo de vida urbano. Más de 120 mil hogares, casi uno de cada cuatro, viven bajo este régimen, una cifra que condensa las transformaciones de la ciudad en las últimas décadas: concentración, verticalización y movilidad”, señalaron desde la Fundación Tejido Urbano. “Ser inquilino en Rosario hoy no es una excepción ni una etapa transitoria, sino una condición estructural que atraviesa generaciones”, aclararon desde la organización, en diálogo con Rosario Plus.

La asociación que estudia los problemas habitacionales y alertar a la sociedad sobre su existencia elaboró un informa donde analizó la situación de los más de 120 mil hogares que son ocupados por inqulinos para conformar un mapa de viviendas alquiladas en la ciudad.

El centro se extiende

En cuanto a la distribución de los inquilinos en la zona de la ciudad, el centro sigue siendo el corazón del alquiler, pero su alcance se expandió por los corredores que lo conectan. Las calles Mendoza, San Juan y Pellegrini, junto con Maipú y, sobre todo, la avenida Francia, forman el eje sobre el que se organiza buena parte de la vida inquilina. “Son zonas donde predomina el alquiler por necesidad y por elección, donde vivir de a uno o de a dos ya no es síntoma de transitoriedad, sino de permanencia posible”, indicaron.

“En torno al Hospital Provincial y al Centenario hay un movimiento constante de trabajadores, estudiantes y pacientes que generan una demanda de alquiler de corta y media estadía. En la peatonal San Martín y sus alrededores, el mercado se diversifica: conviven unidades temporarias, monoambientes nuevos y edificios reciclados que se adaptan al uso intensivo de la ciudad”, remarcaron desde Tejido Urbano.

Más allá del microcentro, en República de la Sexta, el alquiler acompaña el pulso universitario de la “Siberia”; en el Abasto y Echesortu sostiene un mercado muy activo de departamentos medianos, con alta rotación. Ese eje, entre Lourdes, Luis Agote y Alberto Olmedo, es hoy uno de los principales territorios del alquiler en Rosario.

Diferentes perfiles

Según el relevamiento, cada zona tiene su perfil. En el centro y los barrios aledaños predominan los hogares unipersonales y las parejas sin hijos, jóvenes profesionales o estudiantes que alquilan por cercanía al trabajo o al transporte. En los barrios intermedios, Echesortu, Azcuénaga, Belgrano, Cinco Esquinas; viven inquilinos mayores, jubilados o familias que llevan años en la misma vivienda. “Son barrios donde el alquiler ya no es un tránsito, sino una forma de permanencia”, apuntaron.

Hacia la periferia sur y norte, el fenómeno cambia de escala. Barrios como Tiro Suizo, Nuestra Señora de la Guardia, concentran familias con hijos y hogares más numerosos. En esos barrios, el alquiler se asocia a la búsqueda de espacio, patio y tranquilidad, pero también a la imposibilidad de acceder a la propiedad. “Llama poderosamente la atención la concentración de inquilinos en el barrio Rucci y Parque Field”, destaco la asociación.

“Cinco Esquinas (Presidente Perón y Avellaneda), Belgrano (Mendoza y Eva Perón), Lisandro de la Torre (Almafuerte y Reconquista) y el corredor norte sobre Boulevard Rondeau y Avenida San Martín, que continúa en Baigorria y Bermúdez, son algunos de los nuevos núcleos de concentración. También destacan Lourdes, Abasto y República de la Sexta, que combinan población joven, acceso a servicios y una localización estratégica, aunque este último ha perdido atracción y/o retención los últimos años”, afirmaron en el informe.

Cambio de tendencia

En los últimos años, Rosario experimentó un crecimiento del alquiler desde el centro hacia los bordes. En el área central creció el número de departamentos chicos y se redujo el tamaño de los hogares, mientras que las familias se movieron hacia zonas periféricas con mejores condiciones de espacio y precios más bajos.

También cambió la edad de los inquilinos: los jóvenes están cada vez más concentrados en el centro pero cada vez son menos en detrimento de los procesos emancipatorios y el retraso de las trayectorias vitales en una suerte de “adultez tardía”. En los barrios intermedios, en cambio, el peso de los adultos mayores es cada vez más alto, lo que refleja una población inquilina que envejece sin lograr acceder a la propiedad. “Rosario sintetiza, en escala local, un proceso nacional: la expansión del alquiler como forma dominante de habitar las ciudades. Entre la aspiración y la urgencia, entre el deseo de arraigo y la necesidad de movilidad, la vida inquilina define hoy el pulso cotidiano de la ciudad”, concluyeron desde Tejido Urbano.

Alquilar es una constante: conocé la geografía inquilina de Rosario

Los datos

El hogar unipersonal es la tipología más representativa dentro del universo inquilino: 51.288 casos, equivalentes al 42% de los hogares que alquilan. Es el rostro más característico del alquiler urbano contemporáneo: personas que viven solas, en su mayoría adultas jóvenes, insertas en sectores de ingresos medios o medios bajos, muchas veces vinculadas al circuito educativo, de servicios o de salud.

“Su peso no solo refleja un cambio cultural —la expansión de los hogares individuales—, sino también un cambio estructural: el encarecimiento del acceso a la propiedad y la consolidación del alquiler como forma estable de residencia”, indicaron desde la asociación.

Le siguen las viviendas de pareja sola, con 18.254 inquilinos (15%). Este grupo se asocia a trayectorias de mayor estabilidad laboral pero con dificultades para el acceso al crédito o al ahorro en dólares. Ambos tipos de hogar (unipersonal y pareja sola) configuran el núcleo duro del mercado locativo rosarino, vinculado a los departamentos de uno o dos ambientes del área central y los corredores universitarios y de servicios.

Los hogares nucleares con hijos suman 25.221 inquilinos, apenas el 20% del total. En este segmento, la mayoría se ubica en la periferia o en los barrios intermedios, donde predomina la vivienda tipo casa o PH. La menor proporción de familias inquilinas no implica necesariamente menor vulnerabilidad: son hogares con mayor carga económica por tamaño y menores alternativas habitacionales dentro del mercado formal.

También destaca el crecimiento a 13.378 hogares monoparentales inquilinos, principalmente mujeres jefas de hogar, lo que confirma la feminización del alquiler en sectores medios y bajos. Este grupo enfrenta mayores restricciones de ingreso, dificultades para cumplir requisitos de garantía y una exposición más alta a la inestabilidad habitacional.





Source link