PLATA O MIERDA
Al tipo no le importó nada y jugó con corazón de la delegación argentina que estaba en el Stade France y con los miles que lo seguían desde Argentina su debut en un Juego Paralímpico.
Un salto, dos, tres. No había caso. El cuarto, el quinto. Y Fernando estaba afuera del podio sin poder siquiera repetir su mejor salto en largo (T12, disminuidos visuales). Pero le quedaba uno. El sexto. «Fer, es plata o mierda. Es ahora o mañana vamos a llorar», le dijo su guía y amigo Bruno Zanacchi al cordobés Fernando Vázquez, de 24 años, antes del último salto.
Fernando hizo un click. Le cayó la ficha y no estaba dispuesto a esperar otros cuatro años para esta oportunidad. Entonces Fernando corrió, corrió, corrió… y empezó a volar hasta caer en los 6.88 metros. Bruno festejó enseguida. Supo que era el salto justo. Y no se equivocó.
Fernando, que estaba quinto, pasó al tercer puesto. Y no hubo más tiempo ni saltos para nadie. Sobre el final, cuando el sueño de la medalla parecía una ilusión, Fernando apostó plata y hoy, después de tanto esfuerzo y sacrificio, tiene su merecida medalla de bronce paralímpica. La cuarta (hasta ahora) para la Argentina. Era plata o mierda. Y ya sabemos qué pasó.
Fuente: Paradeportes