Ahora que se estrenó «El Eternauta», es oportuno dar a conocer, quienes fueron
LOS OESTERHELD
La mujer de Isaac Barrios, en el año 1977, fue a pagar la luz al Banco Provincia llevando a su hijo de 3 años y accedió al pedido de un helado, por lo que entró a un kiosco a comprárselo enfrente del banco donde la gente entraba y salía.
El Cabo Primero Herculano Ojeda cumplía su turno de custodia con su uniforme y su arma, una ametralladora Uzi.
De repente, un auto se detuvo frente al Banco Provincia en calle Caaguazú 3356 de Monte Chingolo, y por la ventana se asomó Estela Inés Oesterheld («‘Marcela» o «Mónica» según su alias de montoneros) y con un subfusil disparó una ráfaga.
Herculano cayó herido.
Estela Inés bajó del auto, le quitó la UZI, derramó una lata de nafta sobre su cuerpo y lo prendió fuego, ante las miradas horrorizadas de los peatones y del quiosquero que estaba junto a Juancito y su mamá.
La homicida subió al vehículo conducido por su marido, Raúl Oscar Mórtola (alias ‘el vasco’), y disparó otra ráfaga que hirió a dos peatones y mató a Juancito de un balazo en el estómago.
Imaginen la escena… una mamá a los gritos con su hijo desangrándose entre sus manos, dos tipos en el piso a los gritos, heridos, gente corriendo, gente tirada en el piso, un policía a los alaridos mientras se quemaba vivo, autos que salen haciendo chillar sus ruedas…
A un par de cuadras de ahí, un joven de 19 años que trabajaba en una metalúrgica se enteraría en breves minutos que su vida acababa de desmoronarse para siempre… era su único hijo.
Esos padres nunca tuvieron una pensión, no hubo denuncia, nadie luchó nunca por ellos y nadie recuerda a su hijo ni lo conmemora.
Ocho días después de estos hechos, el 14 de diciembre de 1977, los dos ASESINOS de Juancito Barrios y del Cabo 1º Ojeda, fueron localizados por los militares en Longchamps, Provincia de Buenos Aires.
Raúl Mórtola logró escapar herido del tiroteo, pero murió a pocas cuadras.
Estela Inés Oesterheld fue capturada una hora después, al llegar a la casa. La sacaron a la calle, la pusieron contra una pared y la fusilaron.
Anteriormente, ya habían corrido igual suerte sus otras hermanas: Beatriz Marta (05/76), Diana Irene (08/76), Marina (11/76) y su padre Héctor (el autor del Eternauta) en abril de 1977.
Todos ellos fueron parte del movimiento subversivo Montoneros.
Mas tarde el Estado indemnizó a la viuda, Elsa Sánchez de Oesterheld, con 1.120.000 dólares, y sus nombres son honrados en el Parque de la Memoria como «desaparecidos»…
Un justo recuerdo para Juancito Barrios, el Cabo 1º Herculano Ojeda y sus familias, nunca reconocidos ni indemnizados.
*INFOGRANROSARIO*